¿Quién nos iba a decir que nos pasarían tantas cosas? ¿Quién podría augurar tanta ilusión? ¿Quién podía adivinar tanto viaje, tantos detalles, tantas sensaciones vividas? Tras esta foto, una de las primeras que pudimos hacer de los ensayos de La Mano en Can Franquesa, se estira toda una aventura de muchas luces y alguna pequeña sombra. Caminas con la inercia del que inventa, del que juega, del que se pierde en su locura y cuando decides mirar hacia atrás el horizonte ya se ha esfumado. Agosto del 2007 nos dio calor y la oportunidad de maquinar La mano.
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